El escenario para las elecciones presidenciales de 2026 en nuestro país toma forma tras el cierre de afiliaciones partidarias. Con más de 1,500 renuncias y 22,000 nuevas inscripciones, el panorama político se reconfigura, aunque no necesariamente con una renovación de propuestas.
Entre las candidaturas más controvertidas destaca la de Alberto Fujimori, propuesto por Fuerza Popular pese a sus impedimentos legales. Similar polémica genera Antauro Humala, líder de A.N.T.A.U.R.O., dada su condena por el ‘Andahuaylazo’. Estos casos plantean interrogantes sobre la calidad democrática de algunas candidaturas.
El sector empresarial se hace presente con Carlos Añaños (Perú Moderno) y Fernando Cillóniz (PPC), mientras figuras mediáticas como Carlos Álvarez (País para Todos) y Phillip Butters (Avanza País) incursionan en política. Paralelamente, rostros conocidos como Verónika Mendoza (Nuevo Perú), Rafael López Aliaga (Renovación Popular) y Hernando de Soto (Progresemos) mantienen sus aspiraciones.
Con 31 partidos inscritos y 19 en proceso ante el Jurado Nacional de Elecciones, expertos advierten sobre una posible fragmentación del voto. Esta gran cantidad de opciones podría generar menos propuestas sólidas en lugar de ampliar el debate político. El desafío para los electores será evaluar críticamente las plataformas de gobierno en un contexto de proliferación de candidaturas y potencial predominio de discursos populistas.